La menopausia es una etapa natural en la vida de toda mujer, marcada por la interrupción de los ciclos menstruales. Si bien se habla mucho de los bochornos y cambios de humor, hay un tema del que se discute menos: el impacto de la menopausia en tu salud uroginecológica. Pero no te preocupes, no tienes que resignarte a estos cambios. ¡Hay soluciones!
¿Por qué la menopausia afecta mi salud íntima?
El principal motor detrás de estos cambios es la disminución de los estrógenos. Estas hormonas, vitales para el ciclo reproductivo, también juegan un papel crucial en la elasticidad y salud de los tejidos de la zona íntima. Cuando los niveles de estrógeno bajan, los tejidos de la vulva, vagina y vejiga se vuelven más delgados, secos y menos elásticos. Esto se conoce como el Síndrome Genitourinario de la Menopausia (SGM).
Síntomas comunes del SGM
Los síntomas del SGM pueden variar, pero los más frecuentes incluyen:
- Sequedad vaginal: Causa picazón, ardor y molestias.
- Dolor durante las relaciones sexuales (dispareunia): La falta de lubricación y la pérdida de elasticidad hacen que el sexo sea incómodo o doloroso.
- Incontinencia urinaria: La debilidad del suelo pélvico y los cambios en la vejiga pueden provocar escapes de orina al toser, reír o estornudar.
- Mayor riesgo de infecciones urinarias (ITU): Los cambios en el pH de la vagina alteran la flora bacteriana normal, haciéndote más propensa a infecciones.
¡Hay esperanza! Opciones de tratamiento
Afortunadamente, no tienes que vivir con estos síntomas. Existen varias estrategias y tratamientos efectivos para recuperar tu bienestar:
- Hidratantes y lubricantes vaginales: Son tu primera línea de defensa para combatir la sequedad y hacer que las relaciones sexuales sean más placenteras. Los hidratantes se usan de forma regular, mientras que los lubricantes son para el momento del acto sexual.
- Terapia hormonal local: Esta es la solución más efectiva para los síntomas moderados a severos. Se trata de estrógenos en forma de cremas u óvulos que actúan directamente en la zona afectada. A diferencia de la terapia hormonal sistémica, la cantidad de estrógeno que llega al resto del cuerpo es mínima o nula, lo que la hace muy segura.
- Fisioterapia de suelo pélvico: Un programa de ejercicios específicos guiados por un especialista puede fortalecer los músculos del suelo pélvico, mejorando la incontinencia y el soporte de los órganos.
- Terapia con láser o radiofrecuencia: Son tratamientos innovadores que estimulan la producción de colágeno en la mucosa vaginal, mejorando la elasticidad y lubricación.
No te resignes, consúltalo con una especialista
Muchas mujeres se avergüenzan de hablar sobre estos temas o simplemente asumen que son una parte inevitable de “envejecer”. Esto no tiene por qué ser así. Si te identificas con alguno de estos síntomas, es fundamental que busques ayuda. Una especialista en uroginecología como la Dra. Nuria Vicente puede ofrecerte un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento personalizado para que recuperes tu calidad de vida y confianza.
Recuerda, la menopausia es una transición, no un final. Mereces vivirla plenamente y sin molestias.