Cuando la pelvis te da una sorpresa: Entendiendo el Prolapso de Órganos Pélvicos (POP)

Nov 5, 2025 | Prolapso de Órganos Pélvicos

¿Sientes una pesadez en la zona pélvica? ¿O quizás una sensación de que algo se “ha caído”? No estás sola. Estos síntomas pueden ser un indicativo de una condición común pero poco discutida: el prolapso de órganos pélvicos (POP). En este artículo, vamos a desmitificar qué es, por qué ocurre y, lo más importante, qué soluciones existen.

¿Qué es el Prolapso de Órganos Pélvicos?

Imagina tu pelvis como una hamaca de músculos y tejidos (el suelo pélvico) que sostiene órganos como la vejiga, el útero y el recto. Cuando esta “hamaca” se debilita o se estira, uno o más de estos órganos pueden deslizarse hacia abajo, sobresaliendo de su posición normal. A esto se le llama prolapso. Es una condición que afecta a millones de mujeres en el mundo, especialmente después del parto o la menopausia.

La severidad del prolapso puede variar desde una leve molestia hasta una sensación palpable de un “bulto” en la entrada de la vagina. Aunque puede ser alarmante, no es una emergencia médica y, afortunadamente, existen tratamientos muy efectivos.

¿Por qué ocurre? Los principales factores de riesgo

El prolapso no ocurre de la noche a la mañana. Es el resultado de una presión sostenida sobre el suelo pélvico. Los principales factores de riesgo incluyen:

  • Embarazo y Parto: La presión del bebé y el trauma del parto vaginal son las causas más comunes.
  • Menopausia: La disminución de estrógenos debilita los tejidos de soporte.
  • Aumento crónico de la presión abdominal: Esto puede ser causado por el estreñimiento crónico, la tos persistente (fumadoras, asma) y el levantamiento de objetos pesados.
  • Obesidad: El exceso de peso ejerce una presión constante sobre el suelo pélvico.
  • Genética: Algunas mujeres tienen tejidos de soporte naturalmente más débiles.

¿Cómo sé si tengo prolapso?

Los síntomas más comunes del prolapso incluyen:

  • Sensación de pesadez o presión en la pelvis.
  • Sensación de que algo se está saliendo de la vagina.
  • Molestias o dolor durante las relaciones sexuales.
  • Problemas urinarios, como incontinencia (escapes de orina) o dificultad para vaciar la vejiga.
  • Estreñimiento o dificultad para evacuar el intestino.

Es importante recordar que la auto-evaluación no es suficiente. Si experimentas alguno de estos síntomas, la mejor opción es consultar a un especialista en uroginecología para un diagnóstico preciso.

Opciones de tratamiento: Más allá de los mitos

Una vez diagnosticado el prolapso, la buena noticia es que hay una variedad de opciones de tratamiento, que van desde soluciones no quirúrgicas hasta procedimientos mínimamente invasivos.

  1. Enfoque conservador:
    • Fisioterapia de Suelo Pélvico: Bajo la guía de un especialista, puedes fortalecer los músculos con ejercicios específicos que mejoran la función y previenen el avance del prolapso.
    • Pesarios: Son dispositivos de silicona que se insertan en la vagina para dar soporte a los órganos caídos. Son una excelente opción para quienes no desean o no pueden someterse a cirugía.
  2. Enfoque quirúrgico:
    • Existen procedimientos para reparar los tejidos de soporte o para colocar una malla que actúe como una “hamaca” artificial. Hoy en día, muchas de estas cirugías son mínimamente invasivas, lo que se traduce en una recuperación más rápida y menos dolorosa.

Cada caso es único, y la elección del tratamiento dependerá de la severidad del prolapso, tus síntomas y tu estilo de vida. La Dra. Nuria Vicente está aquí para evaluar tu caso de forma individual y guiarte a través de las mejores opciones para ti. No dejes que el prolapso te detenga.

También podría interesarte…